La prevalencia de los desórdenes alimenticios en niños y niñas con TEA es elevada, muy elevada, según las últimas revisiones podemos hablar que este tipo de desórdenes se presentan en alrededor del 90% (Kodak & Piazza, 2008) de los niños y niñas con TEA, desde casos muy severos a desordenes leves.
Alrededor del 70% de los casos son considerados como hiper selectivos (Twachtman-Reilly, Amaral & Zebrowsky, 2008). Los cuadros ante los que nos podemos enfrentar son diversos pero con consecuencias similares: desde hiper a hipo sensibilidad; hiperselectividad, problemas de masticación; bajo tono muscular maxilofacial; problemas sensoriales; problemas digestivos; estreñimiento; diarrea; alteraciones producidas por la medicación; ansiedad; intolerancias y alergias; halitosis; aerofagia,…, sin contar que muchos de estos problemas pueden aparecer de forma simultánea, o unos ser consecuencia de otros.
Pero finalmente nos encontramos con cuadros que afectan directamente a la salud del niño que presenta estos desórdenes de la alimentación, en muchos casos estos desórdenes pueden crear problemas muy serios que incluyen el ingreso hospitalario del niño.